El papel permaneció allí, esperando que alguien lo tome. Tenía escrita la condena, sin previo juicio, sin derecho a la defensa, culpable, así lo habían decido días atrás.
¿Culpable de que?, preguntó el condenado.
Nadie respondió, pasado los minutos alguien dijo, todo esta en ese papel, léelo y acepta, la decisión ya se tomó, y si no aceptas las consecuencias serán peores.
El condenado decidió pelear, ser condenado por sus principio no admite bajar la cabeza y dar la vuelta, convoco a sus amigos, llamo al pueblo, todos contra la corrupción y la traición, a los poderosos no les quedo de otra, anularon las condenas y salieron con el rabo entre las piernas, al pueblo unido, luchando por la verdad nadie lo detiene.