Buenas son sus preguntas, mi estimado.
Considero que El Quijote, sí rompe con el esquema utilizado en las novelas de caballería; pero lo hace, no solo ridiculizando los arquetipos, sino desde la propia decisión de enaltecer uno o varios valores humanos y una o varias situaciones. Más propias de los hombres, que de los caballeros.
El Quijote sí, tiene muchas maneras de entenderse y lo importante aquí es hacerse siempre esta peligrosa pregunta: ¿De qué trata El Quijote? Gran trampa mental, porque son muchos las posibles respuestas.
Sigo su ejemplo, aquel en el que Sancho se hace ya gobernador y que, contrario a lo que se esperaba, resulta que el escudero se convierte en un magnífico administrador, dotado de una inteligencia sobrenatural... ¿Qué es esto? Bueno, diciéndolo de manera rápida y sencilla, Sancho ha adquirido sabiduría y conocimientos a lo largo de sus andanzas con Don Quijote. Diciéndolo fácil, se diría que Don Quijote es su mentor y diciéndolo fácil, se hablaría del aprendizaje de las personas; pero también de la guía que proveen los ancianos, dicho aquí como ejemplo de sabiduría, a quienes continuamos con la Obra Grande que es la vida. Dando una vuelta a la vez y luego otra y otra, y la siguiente...
Todo esto se desprende del pasaje donde Sancho acaba siendo un gran Gobernador y ni qué decir del pequeño lazo de "Realismo mágico" que envuelve a su inteligencia sobrenatural. Mientras se dice que este invento le tomó a García Márquez casi 100 años de Soledad... Uno encuentra ya, el realismo mágico en El Quijote!!!
La doncella, la Dulcinea, difiere y en mucho de aquellas Beatrices encontradas en los libros de caballerías. El Quijote, como buen trovador, se enamora de la que cuida la piara y no de la noble, de la nacida en bella cuna, de la que tiene a su favor los designios del cielo y de la tierra. Doña Dulcinea del Toboso, muestra que son los valores y no los nombres, y menos aún los títulos, los que afirmarán a las personas.
Lo que normalmente se aceptaba en las novelas y que cambió a partir de la primera aventura del Hidalgo; es un signo que el escritor de todos los tiempos busca cosas en los libros, para ver lo que no contienen.
Saludos y Abrazos.