La sala del poeta.....

[Elga]

¡Bueno, bueno! ¡Menuda sorpresa! Grata sorpresa.
Acabo de llegar y me encuentro con esto… me habéis dejado sin palabras.
Que conste, he leído las 8 páginas y no me queda más remedio que expresaros mis más sinceras felicitaciones a todos.

Me da un poco de vergüenza, al fin y al cabo, soy una recién llegada y aún no conozco vuestras costumbres, por otra parte, no quisiera parecer osada. Confío en que sabréis perdonar mi atrevimiento.

Tomé de sus dedos
el roce que se escapa,
le di nombre para no olvidarlo
y lo convertí en caricia,
y la soñé mil veces
para mil veces hacerla mía,
y la sentí mil veces
para mil veces sentirme vacía.

Saludos,
Elga.

[Pablo Chavarría]

Antigua I

Dí qué encontraste:
si una mirada, un cielo,
un corazón abierto.

En tu paseo por los
robledales de Dodona,
donde afinaba el trino
argénteo de mi lira
o mi discurso de oros
y rubíes.

Dime ninfa
lo que encontraste aquella tarde,
responde cómo debe comenzar
la poesía.

[Pablo Chavarría]

Dos cosas a responder

¿Por qué
no cabe en mi poema
el "tilín tilán"
de la campana?

y

¿Por qué
de pronto
se dejaron de alinear los astros
en favor nuestro?

Hoy quise buscarte
- "tilín tilán" -
y del destino nada.

***

Dos cosas a preguntar

Como mi corazón,
abrí la ventana
en que te viera reflejada.

Los sentidos, la intuición y mi maleta;
en ansia de escuchar tus inseguridades
y callar las mías por respeto.

Y al final la puerta abierta,
como mi espíritu
y su tristeza insoslayable.

¿Donde estás?

y

¿Qué consigo con llorarte?

[Pablo Chavarría]

¿Qué harías
con este intento de pájaro,
atisbo de orquídea,
con el azul color durazno
de las madrugadas?

Perdón,
no entiendo la pregunta.

Está bien, está bien;
lo digo de nuevo:

¿Qué harías
con la madrugada azul de los duraznos,
que la orquídea atisba
en su intención de ser como los pájaros?

[Alexis]

¡Bueno, bueno! ¡Menuda sorpresa! Grata sorpresa.
Acabo de llegar y me encuentro con esto… me habéis dejado sin palabras.
Que conste, he leído las 8 páginas y no me queda más remedio que expresaros mis más sinceras felicitaciones a todos.

Me da un poco de vergüenza, al fin y al cabo, soy una recién llegada y aún no conozco vuestras costumbres, por otra parte, no quisiera parecer osada. Confío en que sabréis perdonar mi atrevimiento.

Tomé de sus dedos
el roce que se escapa,
le di nombre para no olvidarlo
y lo convertí en caricia,
y la soñé mil veces
para mil veces hacerla mía,
y la sentí mil veces
para mil veces sentirme vacía.

Saludos,
Elga.

¡Buen comienzo, Elga!...