Todo lo dicho es éste artículo es completamente cierto, y más aún sabiéndome testigo presencial de las acciones de la derecha venezolana. Parece mentira, pero la estrategia puesta en marcha por los verdaderos enemigos de la democracia no ha variado gran cosa, desde el derrocamiento del entonces presidente chileno, Salvador Allende, pues tanto los métodos como los objetivos son exactamente los mismos, sin importar que durante el proceso de desestabilización se pierdan vidas humanas e inocentes. El fin justifica los medios.
Hoy más que nunca se demuestra , y lo he dicho hasta el cansancio, que los medios de comunicaciones pueden ser una peligrosa arma política, cuando están en manos inapropiadas. Pero también sé que urge en las mentes de las actuales y venideras generaciones de hombres y mujeres conscientes, esos mismos que no les han puesto un precio a sus conciencia, emprender las acciones necesarias para anular o bloquear las pretenciones de aquellos a quienes el futuro de los suyos muy poco o nada les importa.