De nuevo, seré quien comience esta ronda.
Nada podrá contra la vida (*)
Natalia y Roberto resolvían, o creían resolver, todos los conflictos: los internos y los que asomaban al sentirse juntos y a punto de entregarse. El mundo, siempre acomplejado con sus líos pasionales, trataba de entender lo que sus ojos contemplaban.
Celebraron la suprema rebeldía, diciendo que se trataba de un esfuerzo encomiable por dejar atrás todas las guerras; pero se negaron a soltar las trémulas armas que traían en las manos.
Dijeron, que se trataba del humano que nacía en el día de la victoria más sublime y esperada: la afirmación de la justicia. Se declaraban incapaces, sin embargo, de cambiar sus pensamientos más añejos.
Lo que Natalia y Roberto establecían, o querían establecer, es que nada podrá contra la vida, porque la vida jamás se ha declarado derrotada.
(*) Al poeta Otto René Castillo y a su poema Comunicado. Extesión: 135 palabras, incluyendo el título que viene del poema ya citado.