Llegado el momento, no se seré capaz de hacerlo. Sé que lo prometí, sé que no puedo pasar de la frontera que tan cerca está, esa frontera que he, que hemos decidido que no se va a traspasar nunca, pero… es tan duro, me cuesta tanto hacerme a la idea, pensar en ello me tortura, me martiriza cuando no estás junto a mí.
Me conoces mejor de lo que yo me conozco a mí mismo, y por eso me repites todos los días que “hoy es hoy, y mañana será mañana”. Puede sonar a perogrullada, pero lo entiendo perfectamente: lo que está pasando entre nosotros dos está pasando ahora, y no quieres, no puedes pensar en un mañana, en un futuro.