Ahora si me apunto como participante. 150 igual que Jseditar
El papel permaneció allí, esperando que alguien lo tome para sentir su dolor de cosa muerta. No brillaba. Era la mitad de una buena frase, la esquina de un poema, una declaración de amor bastante obvia.
Recordaba lo perdido. Quería volver al libro dónde respiraba el glorioso perfume de sus hermanos o regresar a la hoja blanca, fetiche insomne que es al mismo tiempo, la vela de los barcos y la tibia certeza de los muelles.
El papel sigue allí, esperando el acoso de los jóvenes:
Oh! joven poeta,
no cese lo febril de tu mente prodigiosa;
Poe, Whitman, Hemmingay y Shakespeare,
otean por encima de tu hombro
para ver lo que has escrito.
El papel sueña que vuelve a la pureza elemental de la vieja cáscara de roble; para ser tatuado por amantes decididos y revirar el hambre aguda de las hachas y la risa macabra de las sierras.