Morena
Ahora que lo pienso
todo era a la inversa:
Eras tú quien me besaba,
tu nombre pronunciaba mis labios
y fue tu piel -mitad de fe y mitad pecado-
la que moldeó mis manos a su antojo.
Ahora que lo pienso,
me despertó el sueño de tu ensueño,
tu emoción llegó a mis emociones
como líquidos mares a sus playas
y en ellas temblaron de amor nuestros temores.
Fue tu cama la que despertó mis ansias,
tu cuerpo el que llamó a mi cuerpo
ardiendo ambos como próximas hogueras.
Pensándolo bien,
fuiste tú quien me llamaba
y por todo, ahora no sé qué corresponde:
Si erigirte catedrales,
si hacerte mía
o abrazarte en silencio mientras lloras.