Hay cosas que sólo parecen...pero no son.
Ojos rojos y alma dolorida, Eduardo destilaba rabia.
“La rubia era un monumento. Nunca vi una mujer así”, farfullaba.
“Y, encima, había mucha onda”. “Nos miramos y fue como un relámpago”.
“La saqué a bailar”. “Cimbreaba, se movía como una boa constrictor que me iba abrazando el cuerpo y abrasando el alma”. “A cada paso me hacía temblar de deseo”.
“Me la llevé al balcón, y besaba como una Diosa. Los labios carnosos, la boca fresca y unos movimientos sensuales que me mataron”.
“La pude tocar. Los senos firmes, caderas perfectas, una cola de película ….. me encendí como una brasa, pero ella se hacía la recatada y no me dejaba avanzar más”.
“Cuando aceptó venir a casa, toqué el cielo con las manos. Mi virilidad parecía deslumbrarla”.
“No sé qué alarmas me fallaron …..”
“Entre las piernas tenía algo que no debía estar allí”.
“Casi lo castro a patadas”.
(150 palabras exactas)