Ni que lo diga, buen amigo. Estoy completamente de acuerdo con esto último...
Por supuesto que sí he pensado en todos esos antiguos católicos; incluso, entre estos, los que fueron sabios sacerdotes y que paralelamente hicieron grandes contribuciones en el campo de las ciencias. Por ejemplo: el sacerdote polaco Gregorio Méndel, quien fuera biólogo e hiciera importantes contribuciones en el campo de la genética. ¿Otros ejemplos?...todos aquellos buenos samaritanos que perdieron la vida en centroamérica, a finales de la década de los 70 y a comienzos de los 80, cuando vistiendo sus sotanas y dando la comunión en manga de camisa (como lo dice la canción del panameño Rubén Blades) se atrevieron a denunciar las violaciones a los derechos humanos cometidas por todos aquellos que otrora gobernaban a esas empobrecidas repúblicas. Oscar Arnulfo Romero fue uno de esos mártires.
Tanto en República Dominicana, como aquí en Venezuela, he conocido hombres de religión que siempre han estado del lado de los más necesitados, y que a la par, han contribuido con el desarrollo cultural de estas dos naciones; y no dudo que también lo estén haciendo otros en varias naciones de este y otros continentes...
En cuanto a los calificativos ofensivos, no me daré por aludido (...), todo lo visto que nunca ha sido mi estilo escribir libelos en contra de nadie. Además, estimo que es un buen hábito saber leer entre líneas, y entender que los aspectos considerados en cualquier escrito no necesariamente abarcan a toda una colectividad. Esto es lectura inteligente. Por tanto, cuando en mi artículo de más arriba hablé sobre la iglesia y Galileo, cualquier persona sensata que lea lo que dije, debe comprender que nunca quise decir que todos los católicos de aquel entonces pensaban exactamente igual que la jerarquía de dicha institución; especificamente, todos aquellos que lo condenaron a muerte. Creo que eso está perfectamente claro y no era necesario hacer aclaraciones al respecto.
En ningún momento he dicho que la humanidad esté lista para el comunismo global. De hecho, pienso que jamás lo ha estado. Pero además, las cosas que en este y otros artículo he referido sobre Carlos Marx, ha sido motivado para enunciar sus contribuciones en el campo de las ciencias, independientemente de lo acertadas o no que hayan sido sus teorías. No se olvide que precisamente en mi artículo de más arriba hice una crítica contra todos aquellos marxistas que se oponían a capa y espada a cualquier persona que se atreviera a cuestionar la doctrina de Marx. Recuerdo que el remoquete que les endilgaban era el de "revisionista". Es decir, que esos marxistas pensaban que la filosofía de Marx no podía ser cuestionada por nadie porque, según ellos, esta era "perfecta" (¡¿?!) cosa a la que siempre me opuse, pues comprendí que con tal actitud estas personas incurrían en los mismos graves errores que les criticaban a otros, al calificarlos de ortodoxos. Y creo que Marx no fue precisamente eso. Fue por tal razón que también expresé de él, que éste fue muy analítico, ecléctico y sincrético...
Finalmente, le revelaré lo siguiente, amigo Pablo: para finales de la década de los 70, yo era estudiante universitario, de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. En el primer semestre se me impartió filosofía marxista, así como también materialismo histórico; eran dos materias por separado. Aquella fue una época muy convulsionada, no sólo para la República Dominicana, sino para toda Latinoamérica, y el marxismo estaba de moda. De manera que quien no fuera marxista para aquel entonces, era relegado por muchos jóvenes concurrentes a aquellas aulas. Incluso, mis profesores que me impartían estas asignaturas, también acusaban de "revisionistas" a los que se atrevieran a buscarles fallas a la "sacrosanta" doctrina marxista. ¡Sólo había que verlos, frente a la multitud de estudiantes hambrientos de saberes, cómo experimentaban un extraño éxtasis cuando nos bombardeaban el cerebro con teorías que quizás (...) ellos mismos no comprendían muy bien...!...Entonces, ya tengo cierta experiencia en este campo, pues como estudiante de una alta casa de estudios me relacioné con personas de diferentes maneras de pensar, y ello era natural que así fuera. Y esto aplica no sólo a estudiantes, como lo que otrora fui, sino también a los profesores de aquella vieja casa de estudios...
No soy poeta. Quizás un simple escribidor de ideas sueltas; pero no es menos cierto que la percepción de las ciencias, como las del arte, nos llegan por igual a un simple prosista como yo. En ello no me siento en desventaja con nadie.
Sinceramente, un servidor,
Alexis.-