Con la mirada fija en el infinito azul de las hortensias, que no es lo mismo pero es igual que aquel viejo poema del viejo Waldo: "Tu acaso no lo sepas, Isolda" Habla un poco de las despedidas, de las partidas, del último gesto de John Lennon: ese modo irrepetible de mirar a la cámara que solo poseen quienes saben que detrás de la lente está el vacío y no la muchedumbre.
Tu acaso no lo sepas; pero yo, escritor de los presentes; descubro en la hortensia azul del universo, una y mil estrellas que atraen y distraen las miradas. Hoy recién he descubierto, que detrás de las estrellas se encuentra el calor ser humano y no la trillada frialdad del infinito.
Suelto el papel, mi lápiz desgastado y vuelvo a la cama donde soñando me aguardas.
(135 palabras... algunas de ellas prestadas).