En las plazas de los pueblos se respira el hedor de la injusticia.
Allí quemó la inquisición las brujas.
Allí fusilaron los regímenes a sus opositores.
Allí se leyeron bandos reales que nos sumieron en la tragedia.
Allí levantaron grandes horcas crueles verdugos.
Allí eternizaron sus nombres hipócritas de toda laya.
Allí el medioevo gozó de su apogeo.
Allí el espacio público se salpicó de sangre.
¿Será posible que ahora quieran usarlas para juegos infantiles si sólo son dignas de cagadas de perro?
Con el perdón de los perros .........