“ Si no creyera en la locura no estaría aquí contigo, si no creyera...”. Maira no lo dejó terminar, se marchó ofendida. Por mucho que buscó, José no encontró las palabras que pudieran mantenerlos juntos.
Se quedó con la boca llena de lágrimas por decir... “¡No nos dejan alternativa! desde hace siglos la locura es la grieta por donde se filtran los sentimientos, el escape para entender lo que no tiene sentido, el descubrimiento de otro mundo posible, el lugar de encuentro de los que aun soñamos... ¡Por eso aplastamos a los locos como cucarachas!”.
Tuvo que enfrentarse ella misma al desmoronamiento de sus muros seguros -tan cuidadosamente construidos, tan inconscientemente racionales- para entender que no alcanzaban los argumentos, que faltaban los abrazos.
Quiso la vida volver a cruzar sus caminos... él un poco más cuerdo, ella un poco más loca.